24.8.07

Naranja Mecánica.1962.

Anthony Burgess
Acabo de videar este libro, oh hermanitos míos, y es realmente joroschó. Stanley Kubrick se basó en este libro para realizar la película en 1971. Gran parte del conocimiento popular de la obra viene de él y no del autor original. Por partes.
Naranja Mecánica es un juego de palabras construida por raíces malayas y londinenses. A lo que en realidad remonta el término es a la pérdida de voluntad de ciertos individuos impulsada por el Estado (Algo natural –de libre albedrío- contaminado por la predeterminación autómata impuesta por los gobernantes). Se trata de una distopía (esta palabreja sólo es lo opuesto a utopía) en la lejana década de los noventa donde existen múltiples bandas de adolescentes dedicados a cometer toda clase de felonías (golpizas, atracos, violaciones, asesinatos…) sin ninguna razón lógica. Todo es porque sí.
A grandes rasgos, Alex es el jefe de una de estas pandillas. El y sus drugos (amigos) se dedican cada noche a golpear salvajemente a ancianos y a mujeres. En una de sus andanzas golpean a un escritor, opuesto al régimen totalitario que impera, y violan a su mujer; al día siguiente él mismo mata a una mujer mayor con una estatua de plata. Es llevado a la cárcel donde le es implementada una técnica de lavado de cerebro; la finalidad es que le repugne la violencia o el deseo sexual. Pero no es cambio de conducta en sí, es sólo un acto reflejo impuesto: sigue teniendo el mismo impulso criminal, pero ahora ya no puede ponerlo en práctica porque alguna razón fisiológica se lo impide.
El relato es muy entretenido aunque se ve enturbiado por una jerga incomprensible. Se trata de palabras de origen ruso utilizadas por las pandillas urbanas:-“Fragmentos de una vieja jerga…algunas palabras gitanas. Pero la mayoría son eslavas. Propaganda. Penetración subliminal”-dice el Dr. Brodsky.
El tema central es el duro trance de la juventud a la madurez. En el excluido capítulo 21, podemos leer las reflexiones de Alex sobre la vida, sobre la posibilidad de tener hijos y esposa; de convertirse en una persona vieja y aburrida, lo que siempre odió.La novela es fuerte en algunos momentos. Muy violenta y cruda. Alex comete sus fechorías a los 15 años, tiene relaciones sexuales con niñas de 10. Como mucha de la literatura de los sesenta y setenta, está plagada de referencias al estado policial que se vivía en el sistema socialista y la influencia que de una u otra manera tenía en el otro lado del planeta. El lenguaje, el modus vivendi, el Estado autoritario, la adoración por el trabajo…
Fue un hecho tremendamente trágico el vivido por Burgess en 1944. Su esposa fue ultrajada por cuatro despreciables soldados. Lo más funesto del incidente es que ella estaba embarazada, perdió el producto y paulatinamente murió. El escritor inglés, en un acto heroico, rememora el hecho al representarse a sí mismo y a su mujer en la novela. No descarga su ira contra nadie, en “Naranja mecánica” justifica, de cierta manera, las actitudes destructivas de los adolescentes; comprende que todo es producto de la edad, y que es un proceso natural comportarse como un animal. Lo dice en las palabras de Alex, “ser joven es ser como uno de esos juguetes de hojalata que venden en la calle, que caminan en línea recta y tropiezan contra las cosas, no pueden evitar lo que hacen”.
De la película todo se ha dicho ya. Es notable. Pero como siempre sucede en estos casos el escritor no quedó conforme con la adaptación cinematográfica. A veces decía frases que mostraban su aborrecimiento por Kubrick. Desde mi perspectiva, la película es fenomenal; muy cercana a la novela salvo en los pequeños detalles. Las principales diferencias son las edades notablemente dispares en relación a los personajes del libro (Alex y sus drugos rondan los 28 años, seguramente para suavizar un poco la trama) y la exclusión del mítico capítulo 21 donde toda la historia adquiere un giro radical. La ambientación y la atmósfera creada por Kubrick son memorables. Escenas inmortales en la historia del cine vienen de esta película (Alex tomando leche en el bar Korova, él y el resto en el Durango 95, la técnica Ludovik y la imposibilidad de cerrar los ojos…) Grandes recuerdos me vienen a la mente cuando pienso en la enferma actuación de McDowell. Un parteaguas en la cinematografía mundial.

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